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Las otitis son un motivo frecuente de consulta con el pediatra y a los servicios de urgencias. La mayoría de los niños padecen algún episodio de otitis en los primeros años. La forma de presentación puede ir desde dolor de oídos, irritabilidad y fiebre, en el caso de la otitis media aguda; a la pérdida de audición, en el caso de la otitis media con derrame. Por último, las otitis externas, las más frecuentes en verano y que debutan con dolor intenso. No en todas ellas es necesario el uso de antibióticos ya que con frecuencia son víricas.

Por otra parte, en cuanto a su tratamiento hay que destacar que el uso de mucolíticos, antihistamínicos, corticoides y descongestivos, no están indicados pues no se ha demostrado su eficacia.

 OTITIS MEDIA AGUDA. –

Es una infección del oído medio, causado en la mayoría de los casos por las infecciones respiratorias de vías altas, son muy frecuentes en los niños durante el invierno y en los primeros años.

Un elemento importante que nos hará entender lo frecuente que son las otitis medias en la infancia lo explica las especiales características anatómicas de la trompa de Eustaquio (un conducto que comunica la parte posterior de la nasofaringe con el oído medio). La inflamación de la mucosa de esta facilita el paso de las secreciones, produciéndose el acumulo de moco en el oído medio. Los microorganismos que las causan proceden de la nariz y la garganta. En un porcentaje importante son víricas.

Al inicio, la mayoría de las veces, empiezan con un cuadro catarral. Posteriormente, en el caso de los lactantes, puede manifestarse como llanto, irritabilidad, rechazo de las tomas, alteración del sueño, malestar o fiebre. En los niños mayores suele presentarse con dolor de oídos y no siempre se acompaña de fiebre.

El diagnóstico se realiza a través de la otoscopia, técnica fundamental siendo indispensable una buena visualización del oído para llegar a describir el estado del tímpano donde se aprecia la membrana timpánica afectada. Esta puede estar roja, abombada y a veces por la presión en la membrana timpánica, se perfora el tímpano y sale secreción por el conducto auditivo, siendo una otitis media aguda supurada. En este momento, al disminuir la presión en la cavidad el dolor desaparece. Es muy frecuente que el niño pase la noche llorando y al despertar, esté manchado el oído de secreción y desaparezca el dolor.

El tratamiento va a depender de la edad y de la afectación del estado general del niño. Lo primero es quitar el dolor. Para ello, empezaremos con un analgésico (paracetamol o ibuprofeno) e intentar así disminuirlo, aplicaremos calor seco y según la evolución y la edad del niño, valoraremos la observación o empezar con el antibiótico. Este último está indicado siempre en los menores de 2 años cuando hay afectación importante del estado general del niño,o si el tímpano está perforado.

Después de 48 horas de tratamiento tenemos que observar si el niño ha mejorado o por contra, persiste la fiebre, el mal estado general y el enrojecimiento e inflamación detrás de la oreja. En estos casos, hay que acudir al pediatra para descartar una de las complicaciones más graves de la otitis media: la mastoiditis.

OTITIS MEDIA CON DERRAME. –

También se denomina otitis media con efusión, secretora y seromucosa. Suele aparecer después de un episodio de otitis media aguda, persistiendo el derrame en el oído medio, por detrás del tímpano, pero sin inflamación. Es frecuente en los primeros años y el síntoma principal por el que acuden a consulta es la disminución de la audición, aunque en los niños pequeños a veces pasa inadvertida.

Cuando miramos con el otoscopio vemos que las características del tímpano son distintas que en OMA: está más amarillento o azulado, retraído y suele haber afectación de ambos oídos. Los tratamientos con mucolíticos, antihistamínicos, y en algunos casos antibióticos a dosis bajas, no han demostrado su eficacia y no son recomendables.

Por último, hay que vigilar y ver su evolución en caso de que se mantenga más de 3-6 meses o que se detecte un trastorno del lenguaje. En los casos en que las otitis sean recurrentes, más de tres episodios en 6 meses, es importante tener en cuenta los  siguientes factores que pueden jugar un papel importante en favorecer la otitis media:

  • La exposición al humo del tabaco.
  • La asistencia a guardería, el número de niños por aula es determinante, ya que a más niños por aula mayor incidencia de infecciones.
  • El uso del chupete.
  • Las infecciones respiratorias, sobre todo en los niños más pequeños.
  • Tomar el biberón tumbado, ya que facilita las otitis.
  •  Aspirar secreciones.

La lactancia materna, al menos durante 3 meses, actúa como un factor protector.

Finalmente, en los casos de otitis recurrentes el otorrinolaringólogo decidirá si el niño precisa realizar una intervención para poner unos tubos de ventilación. Los tubos de drenaje transtimpánicos, tubos de ventilación o tubos de timpanostomia, están indicados en algunos casos. Se colocan en el tímpano que conecta el oído medio con la nasofaringe y facilitan la ventilación y equilibran la presión en el oído medio. Lo más frecuente es que se caigan pos sí solos después de 6 a 18 meses.

OTITIS EXTERNAS. –

Al contrario que las otitis medias, son más frecuentes en verano, afectan al conducto auditivo externo y entre los factores favorecedores del proceso, están la humedad del conducto, la proliferación de gérmenes en esa zona y los baños frecuentes en la piscina o en el mar.

El síntoma característico es el dolor intenso, a veces solo con el roce del pabellón auricular. En su tratamiento lo primero es tratar el dolor y aplicar gotas de antibióticos durante 1 semana.

Como conclusiones podemos apuntar que:

-Una otitis no siempre precisa antibiótico y que los tratamientos que a veces se utilizan en las otitis medias con derrame como antihistamínicos, corticoides, mucoliticos y antibióticos a dosis profilácticas, no están indicados ya que no han demostrado su eficacia.

-Que el que el tímpano esté rojo no indica que el niño tenga una otitis, ocurre con el llanto, con el catarro o con el moco.

-La cera del oído no se necesita quitar, actúa como protectora del oído y no es recomendable el uso de bastoncillos u otros objetos para su limpieza por el riesgo de lesiones del tímpano, infecciones y formación de tapones. Solo se utilizará una toalla para limpiar el conducto auditivo externo.

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