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La exposición moderada al sol es beneficiosa para nuestro organismo, fundamental en la
síntesis de vitamina D y ayuda a sentirnos mejor. Sin embargo, tenemos que ser cuidadosos
porque las radiaciones solares pueden agredir la piel, provocando enrojecimiento,
quemaduras solares de forma inmediata y de forma tardía, son el principal causante del
envejecimiento cutáneo y del aumento del riesgo de cáncer de piel.
Los niños son muy sensibles a los efectos negativos derivados de una exposición solar
excesiva. Los efectos de la radiación ultravioleta (UV) son acumulativos e irreversibles.
El sol emite radiaciones ultravioleta A, B, C, radiación infrarrojas y las de la luz visible. Estas
radiaciones son filtradas a través de las diversas capas atmosféricas.
La radiación solar se ve modificada por múltiples factores como la capa de ozono, la
latitud, la altitud, la nubosidad, la estación del año y las horas del día.

¿Qué medidas generales debemos tomar?

Hablaremos primero de las medidas físicas que nos permiten protegernos de las
radiaciones solares, estas son aconsejables en todas las edades, pero deben ser más
intensas en la población infantil y juvenil, ya que son más sensibles que los adultos a las
radiaciones UV.

  • Evitar la exposición solar en los menores de 6 meses, así como la aplicación de
    fotoprotectores en menores de 3 meses, ya que su capa cutánea, es inmadura, y solo
    usaremos medidas físicas como gorros, sombrillas, sombra, ropa…
  • Evitar la exposición solar entre las 12 y las 17 horas.
  • Cubrirse con ropas y gorros adecuados. Los colores oscuros, la fibras sintéticas, el
    nylon, la lana, la seda protegen más que el algodón y la viscosa. El FPU es el factor de protección ultravioleta y es la medida de
    transmisión de UV a través del tejido. Hay ropa normal que lleva incorporadas micro
    partículas de óxido de titanio y de zinc como fotoprotectores.
    Existen en el mercado polvos que se añaden al lavado y confieren fotoprotección a la ropa.
    Solo a la venta en EEUU.
  • Buscar sitios con sombra.
  • Usar gafas de sol homologadas con fotoprotección.
  • Protegerse también en los días nublados y aunque la piel este bronceada porque puedes
    quemarte.
  • Disminuir la exposición intencionada a la radiación UV, ya sea al aire libre o en las
    cabinas de bronceado. Respecto a estas últimas, sería necesaria una regulación más
    estricta del uso de las mismas por los más jóvenes.

Para comprobar de forma sencilla el índice ultravioleta, que es un indicador de la intensidad de la
radiación ultravioleta, o sea la radiación solar que puede producir enrojecimiento, podemos
ver en la App del tiempo. Va de 0 a 11 y también en escala de colores ( verde a
rojo): cuanto más se acerca al rojo, más riesgo hay en la exposición solar. Es el llamado semáforo
de la fotoprotección.

Y para explicar a los niños de forma sencilla cuándo es el mejor momento para evitar estar al sol
es la regla de las sombras. Enseñarles a ver la longitud de la sombra que hace el sol sobre
nuestro cuerpo, cuanto más pequeña es la sombra, mayor incidencia del sol y hay que evitar la
exposición en esos momentos porque hay más riesgo de quemaduras. Cuanto más grande sea
la sombra, mejor momento para estar al sol.

Estas medidas son fáciles de explicar y se están poniendo en práctica en muchos colegios,
parques acuáticos, playas y lugares de ocio para colaborar en la fotoprotección en la infancia.

Todas las medidas de prevención son también necesarias para la montaña, la nieve y
siempre que se realicen actividades al aire libre. Teniendo en cuenta que la arena, las
nubes, el agua y la nieve reflejan los rayos ultravioleta por lo que tienen un efecto
multiplicador.

Fotoprotectores

Los fotoprotectores son sustancias que absorben y filtran la radiación evitando su
penetración hacia epidermis y dermis, su uso es esencial como medida de fotoprotección.
frente a las quemaduras y los efectos a largo plazo de la radiación ultravioleta. Su activo
más importante es el filtro solar.
Estos filtros solares son pequeñas partículas invisibles ,que se añaden a las cremas y
dan el efecto protector. Pueden ser filtros físicos o pantallas minerales, son pigmentos
insolubles que reflejan la radiación solar, se consideran muy seguros y son los que se
utilizan en los fotoprotectores dirigidos de forma específica a la infancia. Actualmente su
cosmética es mucho mejor y es más fácil de aplicar.
Existen también los filtros orgánicos o químicos que absorben la radiación solar y los
antioxidantes, que no son filtros como tal sino que son complementarios a los filtros
minerales y orgánicos, entre los que se incluyen la vitamina E, enzimas y extractos
vegetales.
Los factores de protección ( FPS ), son los números marcados en grande en el envase
según la normativa actual, dependiendo del fototipo de piel de cada persona necesita un
mayor o menor FPS. Así, aquellos con la piel muy blanca que se que se quema fácilmente
precisan mayor FPS que las de piel oscura que se broncean mucho y no se queman.
El FPS/SPF es una medida del factor de protección UVB, resultado de dividir la dosis
mínima que produce enrojecimiento en la piel aplicando fotoprotector y sin aplicarlo. Y nos
indica el tiempo que podemos estar expuestos a la radiación solar sin quemarnos.

Características que debemos buscar en el fotoprotector:

  • Aconsejable usar un factor de protección mayor o igual de 30. En los niños
    utilizar mejor crema o loción que spray.
  • Amplio espectro (cubrir radiaciones UVA y UVB)
  • Resistente al agua
  • Buena cosmética, según el tipo de piel y la actividad que realicemos, hay múltiples
    opciones, gel, spray, stick, crema. En el caso de adolescentes con acné, hay fotoprotectores específicos, oil free, matificantes, no comedogenicos, que deberían de utilizar todo el año.

En cuanto a su utilización tendrías que aplicarlo, 30 minutos antes de la exposición solar y
de forma generosa, 30 mg/m2., en los adultos, y en los niños el tamaño de una avellana
por cada parte del cuerpo. Aplicar de nuevo cada 3 horas y después de baños
prolongados o sudoración intensa tras realizar ejercicio. Aplicar en todas las zonas
expuestas al sol, incluyendo orejas, hombros y axilas. Si se aplicará en la cantidad
recomendada el envase duraría unas semanas. Además, hay que tener que revisar la fecha de caducidad (suele de ser de 12 meses), pero es recomendable no guardarlos de un año para otro.

Mientras los niños son muy pequeños, son los padres los responsables de
fomentar hábitos saludables con su propio ejemplo.

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